El trabajo asalariado no ha sido una novedad en el desarrollo de la historia de Occidente. Sin embargo, tal categoría ha tomado fuerza y desplegado contradictorias posiciones intelectuales en los dos últimos siglos, las cuales, encarnadas en distintos autores, se han materializado en discursos, unas veces apologéticos y otras, decididamente críticos, en los que se denuncian las consecuencias sociales, culturales y humanas de una sociedad configurada en torno al trabajo asalariado y al proceso de industrialización en cuyo seno se potenció. Algunas características del
trabajo y las condiciones de su posibilidad suscitadas en el proceso del Occidente moderno, confluyeron en el desarrollo del mundo industrializado y otorgaron al trabajo asalariado su carácter privilegiado en la problemática económica y administrativa. El presente documento explora tal situación a la vez que la reflexión se inscribe en la denuncia de la mecanización a la que ha sido sometido el espíritu del trabajador asalariado en pos del alcance de la eficiencia, definida esta última, como motor del ideal de progreso en los últimos cien años.
Relación del insumo con el Banco del Conocimiento