Relaciones de trabajo
De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, se entiende por relación de trabajo cualquiera que sea el acto que le confiera origen, la prestación de un trabajo personal subordinado a una persona mediante el pago de un salario (artículo 20). Un contrato individual de trabajo, cualquiera que sea su forma o denominación, es aquel por virtud del cual una persona se obliga a prestar a otra un trabajo personal subordinado mediante el pago de un salario. Esta relación necesariamente implica un vínculo entre personas, quienes por una infinidad de situaciones se encuentran en posiciones diferentes pero complementarias para lograr fines específicos.
Las relaciones individuales se ven impactadas por reglas, expectativas, compromisos, acuerdos, presiones e incluso barreras que facilitan o dificultan la construcción del vínculo. Es por ello que las ciencias de la conducta son de alta relevancia en el contexto laboral, ya que estudian cómo las personas se comunican, establecen lazos, generan relaciones de credibilidad y confianza, y sobre todo, analizan cómo reconstruir vínculos rotos o inexistentes. El tipo de relación que se construye entre personas, principalmente entre jefe y colaborador, influye de manera importante en los resultados esperados. De ahí que las áreas de Recursos Humanos, junto con los niveles de mando de la organización, deban diseñar estrategias que coadyuven a fortalecer la relación laboral desde el primer día de trabajo.
Al establecerse una relación laboral, tanto el contrato colectivo como el reglamento interior de trabajo, además de los valores y los códigos de conducta, orientan el comportamiento individual y grupal de las partes; es por ello que la organización debe asegurarse de mantenerlos vivos y hacerlos del conocimiento de los trabajadores.
Algunas recomendaciones para generar relaciones de trabajo constructivas y productivas:
Las relaciones individuales se ven impactadas por reglas, expectativas, compromisos, acuerdos, presiones e incluso barreras que facilitan o dificultan la construcción del vínculo. Es por ello que las ciencias de la conducta son de alta relevancia en el contexto laboral, ya que estudian cómo las personas se comunican, establecen lazos, generan relaciones de credibilidad y confianza, y sobre todo, analizan cómo reconstruir vínculos rotos o inexistentes. El tipo de relación que se construye entre personas, principalmente entre jefe y colaborador, influye de manera importante en los resultados esperados. De ahí que las áreas de Recursos Humanos, junto con los niveles de mando de la organización, deban diseñar estrategias que coadyuven a fortalecer la relación laboral desde el primer día de trabajo.
Al establecerse una relación laboral, tanto el contrato colectivo como el reglamento interior de trabajo, además de los valores y los códigos de conducta, orientan el comportamiento individual y grupal de las partes; es por ello que la organización debe asegurarse de mantenerlos vivos y hacerlos del conocimiento de los trabajadores.
Algunas recomendaciones para generar relaciones de trabajo constructivas y productivas:
- Responsabilidad y congruencia entre el decir y el actuar.
- Claridad sobre qué se espera de la persona, cuáles son los alcances del trabajo a realizar, bajo qué condiciones se laborará y cómo será la evaluación.
- Trato justo, equitativo y honesto por parte de los jefes.
- Proporcionar los recursos necesarios para realizar el trabajo de manera digna.
- Brindar retroalimentación sobre la realización del trabajo para que el trabajador pueda reconsiderar, mejorar y garantizar el cumplimiento.