El acelerado ritmo de los cambios que experimentan actualmente las organizaciones las afecta de manera profunda e importante, ya que impacta en su cultura, sus procesos, la tecnología y la naturaleza humana, modificando constantemente su forma de operar. Al conjunto de conceptos, técnicas y herramientas de que disponen los líderes para hacer frente a estos cambios se le conoce como Desarrollo Organizacional (DO).
El DO se enfoca en identificar y capitalizar los aprendizajes en los niveles organizacional y personal con la finalidad de potenciar la capacidad de respuesta de la persona, la empresa o la institución. De ese modo busca aprovechar los recursos individuales y grupales para hacer frente a los entornos cambiantes, con énfasis en el manejo de la resistencia ante los mismos y considerando que la forma en que las personas se relacionan con el cambio fortalece o disminuye sus niveles de efectividad.
El desarrollo organizacional proporciona una serie de recursos para gestionar el cambio y diseña estrategias dirigidas con acciones pertinentes tanto en personas como en grupos, procesos y estructuras. Su finalidad es desarrollar habilidades de aprendizaje, rediseño y desempeño organizacional desde una perspectiva humana.
Gestionar el cambio es una responsabilidad compartida entre líderes, área de Recursos Humanos y equipos de trabajo, y recae principalmente en quienes tienen las atribuciones y facultades para hacer que las cosas sucedan. Esta gestión requiere compartir una visión, alinear los procesos con la estrategia de negocio y declarar una filosofía o cultura de trabajo al interior del equipo directivo, con base en los principios, valores y comportamientos que se espera ver en las personas. Se espera que en el corto plazo, todo el personal asuma su responsabilidad en términos de la visión, la misión y los objetivos organizacionales.
El DO está orientado a lograr la eficiencia de las organizaciones desde una perspectiva global. Para ello, parte de un diagnóstico profundo del entorno, que refleja la realidad actual de la empresa, sus recursos y oportunidades de crecimiento, pero también los retos y restricciones que deben enfrentarse para sobrevivir y desarrollarse.
Facilita la implementación de una serie de intervenciones planeadas con objetivos claros y enfocados a los cambios requeridos de acuerdo con la estrategia de negocio, primordialmente en respuesta a necesidades reales totalmente enfocadas a la problemática y la complejidad de cada caso particular.
El DO inicia con acciones en la alta dirección y de ahí pasa a la gerencia media y al personal en general, siendo prioritaria y de alta trascendencia la comunicación organizacional, ya que el vínculo y acercamiento entre directivos y personal se logra cuando las personas tienen claridad de su entorno, están informados de lo que implica la cultura de negocio y saben cómo deben fluir en la misma. Comprender la comunicación como un proceso permanente de transmisión y recepción de valores y actitudes, acciones e ideas, nos permite crecer y desarrollarnos como grupos y organizaciones que tienen la firme convicción de superar las adversidades y de alcanzar resultados respetando la dignidad de las personas.
Aprovechar los recursos de la comunicación organizacional al servicio de la transformación y el cambio mejora la vida de las personas y capitaliza su uso para intercambiar y compartir la riqueza de conocimientos, experiencias y vivencias, permitiendo el crecimiento y desarrollo, el entendimiento y la empatía en el ámbito empresarial. En este sentido, el estudio del comportamiento y las reacciones humanas es otro elemento clave del DO y se relaciona con acciones precisas que facilitan la integración de personas que a pesar de tener diferentes ideas, creencias, intereses y necesidades comparten un objetivo común: el logro de un proyecto llamado empresa.
El comportamiento organizacional es, en realidad, el estudio de lo que la gente hace en las empresas y cómo ello se vincula con su desempeño, motivaciones, relación con compañeros, pares y superiores. Analiza también la forma en que las personas enfrentan los conflictos y, sobre todo, la apertura y disposición que tienen para responder con agilidad a las demandas de su entorno.
Las personas son una totalidad integrada por cuerpo, mente, emociones y espíritu; tienen una vida privada, familiar, laboral y social que rige sus intereses y no es posible contratar únicamente sus conocimientos y experiencias. Se recibe el paquete completo. Es por ello que las ciencias del comportamiento buscan la mejor forma para que las personas fluyan en el escenario organizacional al que pertenecen y sumen sus intereses y metas individuales a los objetivos organizacionales.
Fases del proceso de intervención de un proceso de desarrollo organizacional
La orientación de las acciones del DO se orientan principalmente a desarrollar capacidades de aprendizaje para potenciar los resultados de la organización desde una perspectiva sistémica y una comprensión humana.
El DO se enfoca en identificar y capitalizar los aprendizajes en los niveles organizacional y personal con la finalidad de potenciar la capacidad de respuesta de la persona, la empresa o la institución. De ese modo busca aprovechar los recursos individuales y grupales para hacer frente a los entornos cambiantes, con énfasis en el manejo de la resistencia ante los mismos y considerando que la forma en que las personas se relacionan con el cambio fortalece o disminuye sus niveles de efectividad.
El desarrollo organizacional proporciona una serie de recursos para gestionar el cambio y diseña estrategias dirigidas con acciones pertinentes tanto en personas como en grupos, procesos y estructuras. Su finalidad es desarrollar habilidades de aprendizaje, rediseño y desempeño organizacional desde una perspectiva humana.
Gestionar el cambio es una responsabilidad compartida entre líderes, área de Recursos Humanos y equipos de trabajo, y recae principalmente en quienes tienen las atribuciones y facultades para hacer que las cosas sucedan. Esta gestión requiere compartir una visión, alinear los procesos con la estrategia de negocio y declarar una filosofía o cultura de trabajo al interior del equipo directivo, con base en los principios, valores y comportamientos que se espera ver en las personas. Se espera que en el corto plazo, todo el personal asuma su responsabilidad en términos de la visión, la misión y los objetivos organizacionales.
El DO está orientado a lograr la eficiencia de las organizaciones desde una perspectiva global. Para ello, parte de un diagnóstico profundo del entorno, que refleja la realidad actual de la empresa, sus recursos y oportunidades de crecimiento, pero también los retos y restricciones que deben enfrentarse para sobrevivir y desarrollarse.
Facilita la implementación de una serie de intervenciones planeadas con objetivos claros y enfocados a los cambios requeridos de acuerdo con la estrategia de negocio, primordialmente en respuesta a necesidades reales totalmente enfocadas a la problemática y la complejidad de cada caso particular.
El DO inicia con acciones en la alta dirección y de ahí pasa a la gerencia media y al personal en general, siendo prioritaria y de alta trascendencia la comunicación organizacional, ya que el vínculo y acercamiento entre directivos y personal se logra cuando las personas tienen claridad de su entorno, están informados de lo que implica la cultura de negocio y saben cómo deben fluir en la misma. Comprender la comunicación como un proceso permanente de transmisión y recepción de valores y actitudes, acciones e ideas, nos permite crecer y desarrollarnos como grupos y organizaciones que tienen la firme convicción de superar las adversidades y de alcanzar resultados respetando la dignidad de las personas.
Aprovechar los recursos de la comunicación organizacional al servicio de la transformación y el cambio mejora la vida de las personas y capitaliza su uso para intercambiar y compartir la riqueza de conocimientos, experiencias y vivencias, permitiendo el crecimiento y desarrollo, el entendimiento y la empatía en el ámbito empresarial. En este sentido, el estudio del comportamiento y las reacciones humanas es otro elemento clave del DO y se relaciona con acciones precisas que facilitan la integración de personas que a pesar de tener diferentes ideas, creencias, intereses y necesidades comparten un objetivo común: el logro de un proyecto llamado empresa.
El comportamiento organizacional es, en realidad, el estudio de lo que la gente hace en las empresas y cómo ello se vincula con su desempeño, motivaciones, relación con compañeros, pares y superiores. Analiza también la forma en que las personas enfrentan los conflictos y, sobre todo, la apertura y disposición que tienen para responder con agilidad a las demandas de su entorno.
Las personas son una totalidad integrada por cuerpo, mente, emociones y espíritu; tienen una vida privada, familiar, laboral y social que rige sus intereses y no es posible contratar únicamente sus conocimientos y experiencias. Se recibe el paquete completo. Es por ello que las ciencias del comportamiento buscan la mejor forma para que las personas fluyan en el escenario organizacional al que pertenecen y sumen sus intereses y metas individuales a los objetivos organizacionales.
Fases del proceso de intervención de un proceso de desarrollo organizacional
- Identificación de cambios desfavorables en los indicadores de negocio: Todas aquellas señales de que los resultados –tanto “duros” (ventas, productividad y rentabilidad, por ejemplo) como “blandos” (clima laboral, motivación, conflictos y salud, entre otros)– no están llegando a los niveles esperados. Cuando el ejecutivo y/o su equipo toman nota de esta situación, por lo general solicitan el apoyo de un asesor externo.
- Diagnóstico y contrato psicológico: A través de entrevistas, las personas exponen a los facilitadores en DO la forma en que realizan su trabajo, el entorno en que viven, las problemáticas que enfrentan y sus inquietudes y motivaciones. El facilitador realiza entonces un diagnóstico mediante modelos y herramientas específicas y plantea acciones concretas que pueden ir desde nuevos aprendizajes, reaprendizajes tanto en las formas de pensar y/o realizar el trabajo, así como cambios en las interacciones humanas dentro de la organización. La decisión de iniciar o no el proceso será una elección de gran relevancia por parte del “cliente” ya que el éxito del cambio dependerá de su compromiso con el mismo.
- Intervención y evaluación: Una vez que la organización acepta el reto de llevar a cabo una intervención, se realizan las acciones específicas para su adecuada implementación, estableciendo la base de partida. La metodología puede variar en cada caso; no obstante, al final se presentan los resultados del diagnóstico y las propuestas de acción, así como los ajustes necesarios.
La orientación de las acciones del DO se orientan principalmente a desarrollar capacidades de aprendizaje para potenciar los resultados de la organización desde una perspectiva sistémica y una comprensión humana.
Gestión del cambio
Los nuevos desafíos que las empresas enfrentan cotidianamente amenazan su estabilidad: nuevos competidores externos, movilización de capitales, dificultad para retener al talento humano y tecnologías cambiantes. Todos ellos son elementos que obligan a los directivos a estar preparados y abiertos a modificar sus procesos, formas de trabajo, estrategia y personas.
Comportamiento organizacional
El estudio y la práctica del comportamiento organizacional requieren un enfoque integral que invariablemente involucra a las personas. Uno de sus objetivos centrales es identificar el comportamiento de las personas y las razones que lo originan, para influir en ellas y redireccionar las conductas grupales hacia un fin común.