Premisas y clasificación
Ante un entorno laboral de constante cambio y exigencia, se requiere aprovechar al máximo las competencias individuales de las personas, para que juntas sumen el capital organizacional necesario para lograr y mantener la ventaja competitiva de las empresas.
El desarrollo de las competencias, entendiendo por ello capacidades, habilidades y actitudes, constituye un reto para las organizaciones. Contar con personas verdaderamente competentes que sean protagonistas del cumplimiento y logro de los objetivos trazados es ahora la piedra angular.
Las competencias se pueden clasificar de diferentes formas:
Las competencias son utilizadas para potenciar los niveles de respuesta del capital humano en función de los objetivos de cada puesto, área u organización. Parten de la identificación de áreas de oportunidad tanto individuales como grupales y mediante estrategias de desarrollo planificadas se ven fortalecidas de acuerdo con los niveles de dominio esperados.
El concepto de competencias fue tomando fuerza a medida que las organizaciones consideraron necesaria la gestión eficaz de sus Recursos Humanos. Surgieron entonces diversas teorías y escuelas que unificaron criterios con el objetivo de expandir este nuevo paradigma en el ámbito organizacional y fue en realidad hasta finales de la década de los años 90 cuando la Gestión por Competencias fue reconocida por su contribución al negocio, ubicándose como un mecanismo clave de transformación organizacional.
Es una herramienta indispensable para la gestión de los activos intangibles de las personas que generan valor a través sus conocimientos, habilidades y actitudes relacionadas entre sí. Facilita que el capital humano de una organización aumente de forma significativa sus niveles de satisfacción y compromiso al descubrir la contribución de sus actividades con los resultados de negocio.
El desarrollo de las competencias, entendiendo por ello capacidades, habilidades y actitudes, constituye un reto para las organizaciones. Contar con personas verdaderamente competentes que sean protagonistas del cumplimiento y logro de los objetivos trazados es ahora la piedra angular.
Las competencias se pueden clasificar de diferentes formas:
- Técnicas.
- De gestión.
- Organizacionales.
- Personales.
Las competencias son utilizadas para potenciar los niveles de respuesta del capital humano en función de los objetivos de cada puesto, área u organización. Parten de la identificación de áreas de oportunidad tanto individuales como grupales y mediante estrategias de desarrollo planificadas se ven fortalecidas de acuerdo con los niveles de dominio esperados.
El concepto de competencias fue tomando fuerza a medida que las organizaciones consideraron necesaria la gestión eficaz de sus Recursos Humanos. Surgieron entonces diversas teorías y escuelas que unificaron criterios con el objetivo de expandir este nuevo paradigma en el ámbito organizacional y fue en realidad hasta finales de la década de los años 90 cuando la Gestión por Competencias fue reconocida por su contribución al negocio, ubicándose como un mecanismo clave de transformación organizacional.
Es una herramienta indispensable para la gestión de los activos intangibles de las personas que generan valor a través sus conocimientos, habilidades y actitudes relacionadas entre sí. Facilita que el capital humano de una organización aumente de forma significativa sus niveles de satisfacción y compromiso al descubrir la contribución de sus actividades con los resultados de negocio.