El artículo examina el papel menguado de los mercados de trabajo en la articulación fundamental de las garantías sociales, sea con la sociedad, la economía o la política.
La ideología neoliberal, la globalización, la demografía y cambios de circunstancias, explican el desplazamiento de los viejos objetivos del empleo y el crecimiento por los de la competitividad internacional. Como consecuencia, los estados de bienestar sufren erosión y grandes grupos de las poblaciones resultan excluidos o pierden voz e influencia en las decisiones políticas. Remodelar los mercados de trabajo conforme a cánones anteriores parece en extremo arduo. En consecuencia, la validación efectiva de la ética de la igualdad, podría residir en transformar los derechos laborales a la protección social en derechos ciudadanos exigibles, financiados con impuestos generales.
Relación del insumo con el Banco del Conocimiento