Partiendo de un análisis de lo referido en la literatura científica acerca de los mapas de competencias, se aporta una metodología como herramienta para crear los mapas de competencias; la cual no basa sus mediciones en exámenes o en un análisis del curriculum vitae como tradicionalmente se ha hecho. Centrada en la percepción de las personas que son utilizadas como fuentes de información y esgrimiendo elementos de la Matemática Borrosa, logra determinar una buena aproximación de quién sabe qué y en qué medida lo sabe; además aporta teóricamente una clasificación de las personas según su ubicación en el mapa; éste, así obtenido, posee carácter estratégico.
Relación del insumo con el Banco del Conocimiento