Aunque las competencias evaluadas en términos conductuales tienen mayor capacidad de predicción que las tareas o rasgos de la personalidad al explicar el rendimiento eficaz, conocer las competencias que un individuo utiliza o “posee”, no proporciona el conocimiento suficiente para predecir el rendimiento. Para aumentar nuestra capacidad predictiva, deberíamos, además de sus competencias, entender el compromiso del individuo con el trabajo y la organización, y su compatibilidad con la organización. Para entender el compromiso y la compatibilidad, debemos comprender los valores y la filosofía del individuo. En este artículo se analizan tres orientaciones de valores (pragmática, intelectual y humana), se establecen sus relaciones con las competencias (y el desarrollo de competencias), la visión organizacional y los sistemas de gestión de recursos humanos, y, finalmente, se realizan algunas orientaciones para ayudar a las personas a reintegrar sus valores y filosofía.
Relación del insumo con el Banco del Conocimiento