La incorporación de las herramientas digitales en el ámbito laboral ha generado una cultura de estar “siempre conectado”. Ello difumina los límites entre la vida laboral y la vida privada. A pesar de que antes, responder un correo en un día de descanso o vacaciones era una excepción, hoy se ha convertido en rutina. La pandemia a causa de la Covid-19 aceleró la implementación del homeoffice como solución para continuar las operaciones de las empresas y evitar contagios. La situación devino en una serie de nuevas rutinas y formas de relacionarnos, donde las pantallas y dispositivos móviles son los únicos mediadores. No obstante, ya muchas empresas ejecutaban políticas que apuntaban a una efectiva desconexión digital.
Relación del insumo con el Banco del Conocimiento