En agosto 1993 se otorgó autonomía al Banco de México y se le confirió el objetivo de mantener una tasa de inflación (π) baja y estable. En el presente artículo se muestra que: a) la tasa de crecimiento (g) de la economía mexicana exhibe una relación no lineal, en forma de U invertida, con π, y que lo mismo sucede con las tasas de crecimiento del sector manufacturero (m) y del sector de servicios financieros y de seguros (sf); b) la π que optimiza g, m y sf es distinta para cada caso, siendo menor y cercana al objetivo de inflación para el caso de sf; c) la tasa de crecimiento de las remuneraciones nominales ha servido como ancla de la inflación y ha conllevado a una redistribución regresiva del ingreso, y d) la consecución de una π baja y estable se ha acompañado de tasas de interés reales altas, lo cual ha deprimido la inversión y la tasa de crecimiento de la productividad laboral.
Relación del insumo con el Banco del Conocimiento